Restos del glorioso y añorado pasado industrial, serían puestos a la venta para el
disfrute de turistas bajo la etiqueta de «arqueología industrial»
El jueves día 27 de mayo del 2004 leo en La Nueva España el artículo titulado «La avenida principal del paisaje protegido», firmado por el experto en estos temas y turonés militante Ángel F. Ortega, que escribe «de nuevo hemos de cambiar hacia la margen izquierda del valle por el puente pasando a la vera del barrio de San Francisco, de 1917.» El día 30 de mayo, domingo, en el mismo periódico y firmado por Íñigo Do-
mínguez, leo el artículo titulado ahora «Turón, parada y senda». «Otro de los puntos de interés sobre los que se detuvieron los senderistas fueron el barrio de San Francisco, originario del año 1917.» Pues mal, y digo yo que de aquel barrio de San Francisco del año 1917, por no quedar, ya no queda ni el nombre, pues algunos «modernos» se empeñaron en rebautizarlo tras su remodelación con el nombre de Nuevo San Francisco.Y hasta sus preciosos topónimos, como La Ribaya o Yana Palacio han sido borrados de la memoria colectiva. A muchos incluso les molesta que alguien le llame todavía al barrio por su antiguo y familiar nombre de «Los Cuarteles» (de San Francisco, claro). Queda, por quedar, eso sí, la imagen de su santo patrón, san Francis-
co de Asís. Por lo demás seguramente nadie pensó, en los ochenta, cuando se iniciaba el derribo de la vieja barriada minera para ir transformándola en una moderna urbanización, que llegaría el día en el que los restos de aquellas «cinco largas alineaciones de bloques de dos plantas» («las rutas de los castilletes en la cuenca central asturiana: la ruta de los pozos y las sombras», de Pedro Fandos; Miguel A. Areces y José A. de San Antonio), restos del glorioso y añorado pasado industrial, serían puestos a la venta para el disfrute de turistas bajo la etiqueta de «arqueología industrial».
Una arqueología industrial que en nuestro Turón se cacarea más que se protege realmente, pues para muestras aquí están la desmochada chimenea de la antigua
central eléctrica de Hulleras del Turón; la «encarcelada» y legendaria Turón 3; los
restos de una «bomba» pintados con llamativos colorines, o la lamentable rehabilitación del pozu Espinos. Y sé que así no me hago amigos, pero al menos digo lo que veo, padezco y siento. Lo demás puede ser demagogia barata y electoralista.!
NEL AMARO
(fuente)
lunes, 4 de abril de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario