Si aceptamos, y así lo hacemos, como “deriva” (situacionista) como “ técnica de paso apresurado a través de ambientes variados”, estas “derivas ibéricas” ,en formato performático, son un a modo de “paseo” por una cierta Historia, casi siempre vivida de espaldas a, de dos paises, España y Portugal, o viceversa, observando, primero, y reinterpretando, después, lo visto a lo largo y ancho de esa Historia, de la que no siempre, los unos y los otros, nos podemos sentir orgullosos, por más que tantas cosas, buenas y malas, tengamos en común, intentando la mayor de las imparcialidades y desde la reflexión y la ironía que éstas cosas (la Historia, por ejemplo) se merecen.
Va el Artista, a paso lento siempre, desde las banderas y los himnos cargados de ardor guerrero, hasta la fiesta con papeles de colorines y fuegos de artificio, pasando por las batallas comunes (Guerra de las naranjas ),el fútbol, los Dictadores ( Franco y Oliveira Salazar, tanto monta, monta tanto) y sus encuentros en Mérida o Sevilla…) y Miguel Hernández, capturado en tierras lusas, sin olvidarse de Fernando Pessoa y de María la Portuguesa y su deriva desde Ayamonte hasta Faro, de la mano (mejor sería decir voz) de Carlos Cano.
Ojala la sangre tampoco llegue al río (Duero y común) que éstas son cosas para el olvido y no repetirlas y mejor, mucho mejor, historias, con minúscula, que nos hagan esbozar una sonrisa cómplice.
Una ocasión para que los unos y los otros acerquemos posiciones sin usar el pasado como arma arrojadiza y si como punto de encuentro.
Nel Amaro
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